Un gesto tan cotidiano como cepillarse los dientes contribuye a que cada vez haya más plástico en el mar. Y no es por los recipientes que debemos reciclar, sino por las microesferas que contienen.

"Se llama microesfera a aquella partícula de origen plástico que tiene tamaño microscópico", explica Marina Albentosa, científica del Instituto Español de Oceanografía. Estas pequeñas partículas se agregan a productos de higiene y limpieza para que sean más eficaces "en cremas de belleza, en exfoliantes, en pasta de dientes, en el gel...".

Las perdemos de vista cuando caen por el desagüe, Pero ese es solo el comienzo de su viaje. "Pasan directamente a las aguas y de estas aguas circulan directamente a los mares porque los sistemas de depuración o de limpieza de aguas residuales no son capaces de retener", señala Julio Barea, responsable de campaña de Greenpeace.

Las microesferas pueden atraer sustancias nocivas como pesticidas o toxinas. Desde el Instituto Español de Oceanografía estudian qué consecuencias podría tener."El plástico es un imán, se carga, decimos que se cargan de estos contaminantes y pasan a estas especies que nos podrían producir algún tipo de efecto", añaden Albentosa y Barea.

En España, el Congreso estudia acabar con el uso de las microesferas. El PSOE presentó una Propuesta no de ley para prohibir la venta de productos cosméticos y de higiene personal que las contengan. No es el único. En países como Australia, Estados Unidos, y recientemente Reino Unido ya han prohibido la venta de productos que contengan microesferas. Y otros como Canadá, Suecia y Dinamarca están en proceso.

Desde los grupos y asociaciones ecologistas recomiendan el uso de productos sustitutivos que ayuden a conseguir el mismo efecto sin dañar los mares.