Pakistán está experimentando con la lluvia artificial para combatir el aire contaminado. En concreto, está empleando esta técnica, conocida como siembra de nubes, en Lahore, una de las ciudades más contaminadas de todo el mundo.

Lo artificial no es la precipitación en sí, lo es su provocación, algo que consiguen mediante dicha siembra de nubes. "Se insertan dentro de la nube pequeños núcleos de condensación para que generen o produzcan más lluvia", explica Joanna Ivars, meteoróloga de laSexta.

En concreto, este método consiste en lanzar a la atmósfera cohetes cargados con yoduro de plata, hielo seco o sal común, para sembrar las partículas.

"La humedad se acopla a esos núcleos de condensación, se forman las gotas y llegaría la precipitación", indica Carlos Pastor, físico.

Lo cierto es que la siembra de nubes se inventó hace más de 70 décadas, pero está lejos de ser una tecnología perfecta y es que, por mucho que lo intentemos, los humanos no podemos controlar el tiempo.