Es la primera vez que se lleva a cabo una cirugía con robots para curar el síndrome de Eagle y, de momento, los resultados son buenos. El paciente sufre menos y el postoperatorio es más sencillo.
Hasta ahora, la extirpación de este abultamiento óseo se hacía
mediante una incisión en el cuello, a diferencia de esta nueva técnica que se
caracteriza por ser mínimamente invasiva debido a que el robot opera a través
de la boca y por lo tanto no genera ninguna cicatriz.
El doctor Julio Rama ha sido el encargado de llevar a cabo
la operación. Ha explicado que, entre otras ventajas, está la del
postoperatorio: "Con tan solo una hora el procedimiento se completa y al
ser mucho menos agresivo, el mismo día el paciente ya puede comer y en un día
es posible darle el alta", ha comentado.
Las operaciones que se realizaban hasta la fecha ofrecían
buenos resultados pero los días posteriores a la intervención eran mucho más
complicados y dolorosos. Con este nuevo abordaje robótico, el paciente sufre
menos ya que se aprovecha una cavidad natural.
Además, "este robot nos permite realizar gestos que el
cirujano no podría efectuar con sus propias manos", ha añadido Rama. De
momento, los resultados obtenidos con este nuevo procedimiento están siendo buenos y en un
futuro es posible que esta técnica se convierta en el tratamiento por excelencia
para este tipo de patologías.
El síndrome de Eagle es una enfermedad poco común con
síntomas poco específicos, como son la limitación del movimiento cervical,
dolor de cabeza, dolor de oído o dificultades con la masticación. Esto hace que
el diagnóstico sea más complicado y tarde hasta dos años.