La misión, que pretende ayudar a esclarecer los misterios que esconde el astro rey y que está previsto que llegue en el mes de noviembre, ha dado comienzo con su cuarto intento de lanzamiento.
El cohete Delta IV Heavy de la compañía United Launch Alliance despegó desde la base aérea de Cabo Cañaveral de la Agencia Aeroespacial de EEUU (NASA) con la sonda a bordo.
Pocos minutos después del lanzamiento el cohete se desprendió de sus tres propulsores, como estaba programado. Con unas predicciones meteorológicas favorables del 95% y tras haber resuelto los problemas que habían hecho cambiar las fechas de lanzamiento dos veces, la NASA reprogramó para este domingo el inicio de esta misión, que considera "histórica".
La sonda pretende recoger información más cerca del Sol que ninguna otra astronave ha hecho hasta ahora. Y así puede contribuir a resolver cuestiones como la diferencia de la temperatura de la atmósfera del astro rey que está a más de un millón de grados mientras que la propia superficie solar está a 6.000 grados.
Tras años de investigación, el equipo dio con la manera de que la sonda resista a un calor equivalente a 500 veces lo que experimentamos en la Tierra y realizar, así, observaciones "in situ". Se trata de un escudo térmico que soportará temperaturas de 1.400 grados centígrados y mantendrá los instrumentos del interior de la aeronave a temperatura ambiente (30 grados centígrados).
La sonda, de dimensiones pequeñas (65 kilos y 3 metros de altura), llegará a una distancia de seis millones de kilómetros del Sol, lo que equivale a cuatro centímetros de él si la Tierra estuviera a un metro del Sol. Además, la sonda alcanzará los 700.000 kilómetros por hora, la mayor velocidad que hasta ahora ha desarrollado cualquier otra nave construida por el hombre. Una velocidad que equivale a viajar entre Nueva York y Tokio en un minuto y que permitirá a la sonda alcanzar el Sol en noviembre.
La sonda, que orbitará 24 veces alrededor del Sol y se irá acercando progresivamente a éste con la ayuda de la gravedad de Venus, llegará a su punto más cercano en 2025, que es cuando se podrá reunir la información de más valor. La sonda tiene un coste de 1.500 millones de dólares (1.200 millones de euros) y llevará por primera vez el nombre de una persona con vida, el físico estadounidense Eugene Parker, de 91 años, quien desarrolló en los años 50 del pasado siglo la teoría del viento solar.
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