El Ministerio de Cultura señaló, en un comunicado, que la repatriación de la momia fue posible gracias a su trabajo coordinado con el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Agregó que los informes técnicos indican que la momia, de un niño o niña de entre dos a cuatro años, presenta evidencia de modificación craneal "tipo aimara" y está envuelta con soguillas que dejan al descubierto su rostro y pies, por lo que su origen "sería probablemente la zona altiplánica de la sierra sur peruana".
Precisó, que las características de enfardelamiento indican que puede pertenecer a la cultura Collagua.
"El bien cultural recuperado contribuye al conocimiento de las prácticas funerarias utilizadas por las sociedades prehispánicas que corresponderían precisamente al norte de Arequipa y Cusco, lo que ha permitido a los especialistas confirmar su autenticidad y pertenencia", sostuvo el viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, Guillermo Cortés.
El viceministro agregó que "la repatriación de esta primera momia infante es una buena noticia que ratifica la política de recuperación de patrimonio cultural que rige el Ministerio de Cultura".
Las autoridades peruanas detallaron que se estima que la momia llegó en 1966 al Museo de Ciencia e Historia de Corpus Christi y se presume que previamente estuvo en el American Museum of Natural History, "adquirida posiblemente por medio de saqueo".
En 2017, la señora Madeleine Fontenot, del museo de Texas, informó a la Cancillería peruana sobre la posesión de la momia y el pasado 4 de enero el museo la entregó al Consulado General de Perú en Houston, gracias a las gestiones de la embajada peruana en Estados Unidos.
El Ministerio de Cultura detalló que la momia permanecerá en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú (MNAAHP), en el distrito limeño de Pueblo Libre, donde se le harán estudios radiológicos para proceder con su registro respectivo.
Publicado en la revista 'Nature'
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