El cuarto paciente al que se le ha transplantado en Francia un corazón artificial de la compañía Carmat ha fallecido por complicaciones médicas ligadas a su estado crítico de antes y de después de la operación.

La prótesis que recibió el fallecido, un hombre de 58 años de edad, el pasado 22 de diciembre en París no está vinculada con su muerte, ha precisado la compañía.

El jefe de servicio del instituto de cardiología del hospital Pitié-Salpêtrière, Pascal Leprince, ha indicado que la operación fue efectuada cuando el paciente ya se encontraba en la "fase terminal de su insuficiencia cardíaca".

El trasplante del primer corazón totalmente artificial en una persona tuvo lugar en París, en diciembre de 2013 y fue recibido con una gran expectación médica y mediática porque abría la puerta a la curación de miles de enfermos cardíacos que no tienen acceso al órgano de un donante. Ese primer paciente, de 76 años, falleció al cabo de 75 días. 

El segundo trasplante se efectuó en agosto de 2014 y su receptor, un hombre de 69 años, murió cerca de nueve meses después. El tercero, de 73 años, perdió la vida el pasado 22 de diciembre, más de ocho meses después de haber recibido una prótesis que, según la firma, no estuvo implicada en el deceso.

La prótesis está diseñada para imitar a la perfección el funcionamiento de un corazón humano, adaptando de forma autónoma su ritmo a la actividad del portador sin necesidad de un control externo. Su concepción ha sido fruto del trabajo de un equipo multidisciplinar en el que, además de la experiencia del profesor Alain Carpentier cofundador de Carmat, han participado ingenieros del consorcio aeronáutico europeo Airbus Group. 

Carmat ha destacado que a estas alturas del ensayo clínico su sistema acumula una experiencia clínica de 21 meses de funcionamiento, y establece el criterio de éxito en la supervivencia del paciente un mes después de la implantación del corazón.