Cada vez somos más conscientes del problema que supone el plástico en nuestro planeta: tarda más de 400 años en descomponerse. Por ello han surgido alternativas para las bolsas de este material, las bolsas de plástico biodegradable o 'biobolsas', compuestas de productos vegetales como aceite de maíz o soja. Estas se han presentado como una alternativa sostenible, pero ahora se ha demostrado que no son tan buenas como se pensaba.

Según un estudio de la Universidad de Plymouth, Inglaterra, publicado en la revista Environmental Science & Technology, este tipo de material biodegradable tardaría hasta tres años en desaparecer.

El profesor Richard Thompson había dedicado años a preguntarse cómo se biodegradaban este tipo de productos, y decidió llevar a cabo un experimento con sus alumnos. Para ello, enterraron bolsas biodegradables en el jardín de la facultad, y tres años después excavaron en el lugar para ver el resultado: seguían en el mismo sitio.

Además, no solo estaban ahí, sino que también podían cargar con más de 2 kg. de productos en su interior.

En el estudio se pusieron a estudio cinco tipos de bolsas de plásticos eco-alternativos de diferentes comercios minoritas sumergidas en agua, enterradas o expuestas al aire. Se concluyó que ninguna de ellas presentaba características de deterioro suficientes como para que supusieran una ventaja para el medio ambiente.