La mitad de los pacientes de coronavirus hospitalizados sufren disfagia orofaríngea y el 75%, riesgo nutricional. Así lo ha determinado el director de investigación del Hospital de Mataró (Barcelona), el doctor Pere Clavé.
En concreto, el 53% de los contagiados ingresados presenta problemas para tragar bebidas y alimentos. Además, el 75% de estos pacientes sufre un riesgo de desnutrición, el 27,1% a nivel moderado o severo.
Estos son los primeros resultados del estudio del Hospital de Mataró, que se ha elaborado con 200 pacientes y que continuará analizando la aparición de desnutrición y disfagia en pacientes ingresados por COVID-19, así como los tratamientos y el seguimiento a aplicar con los pacientes afectados.
Además, también se evaluará si los pacientes con disfagia y riesgo nutricional tienen peor pronóstico, con reingresos hospitalarios, visitas a urgencias e infecciones respiratorias, que aquellos sin estas condiciones médicas.
Es necesario prepararse para una nueva oleada y mejorar los procolos para la disfagia"
Al respecto, el doctor Clavé ha destacado que han observado que "estos pacientes son de media diez años más jóvenes que los que tenemos habitualmente ingresados en el hospital por otras causas, como ictus, neumonías bacterianas o cardiopatías", entre otras afecciones.
"Nos ha llevado a ser conscientes del terrible impacto de la disfagia y sus complicaciones, como deshidratación, malnutrición e infección respiratoria", ha destacado. Asimismo, ha advertido de que es necesario prepararse "para una nueva oleada de la pandemia, a la hora de mejorar protocolos para dar respuesta clínica en el manejo de pacientes que ingresen con disfagia".
Desde la comunidad científica se están realizando aportaciones de evidencia para que la OMS valore la disfagia como un posible síntoma asociado a la COVID-19, como ya ha sucedido con la anosmia (pérdida del olfato) y la disgeusia (pérdida del gusto).
Todo un hito
SpaceX logra atrapar al vuelo el propulsor del Starship por primera vez tras su despegue
En su quinto vuelo de prueba, la compañía lanzó el cohete más grande de la historia y logró recuperar la primera fase del mismo, un hito fundamental en el objetivo de hacer partes reutilizables para futuras misiones.