'Project Natick' es el nombre de uno de los programas más curiosos de Microsoft. Con él, la compañía pretendía "evaluar la viabilidad de los datos de centros submarinos" frente a los situados en tierra, explica Spencer Fowers, principal investigador del proyecto en un vídeo subido al canal de Youtube de la multinacional.

Todo empezó en mayo de 2018, cuando la empresa tecnológica sumergió en la costa de Orkney, extremo norte de Reino Unido, un contenedor con un centro de datos que encerraba 864 servidores. El tanque, ubicado durante casi dos años a unos 35 metros de profundidad, ya ha vuelto a tierra y ha sido analizado por los investigadores del proyecto.

Tras examinar el centro de datos submarino, el director del proyecto ha asegurado que han obtenido "buenos datos sobre su fiabilidad". Los ordenadores "no están diseñados para trabajar en el entorno en el que operan los seres humanos'', expresa Fowers. Por este motivo, los investigadores plantearon la posibilidad de que un centro de datos sería más estable y energéticamente eficiente bajo el agua. Pensaron que allí los ordenadores estarían menos expuestos a factores que les perjudican como el oxígeno, la humedad o el cambio de temperaturas. No se equivocaban.

Al mismo tiempo que sumergían el tanque submarino, colocaron otro centro de datos prácticamente idéntico en la superficie. Tras compararlos, han concluído que el centro situado bajo el agua sufrió una octava parte de fallos con respecto al de tierra. Este último estuvo expuesto a problemas de oxidación, cambios de temperatura y humedad. Mientras tanto, en las profundidades los grados se mantenían de forma más constante y la cápsula que lo contenía estaba herméticamente cerrada al exterior.

A pesar de fallar solo una octava parte, el centro submarino tenía un inconveniente: debía ser reparado a metros de profundidad. Incluso así, los investigadores señalan que es energéticamente más eficiente colocar centros de datos en zonas costeras que en tierra. "No hay nadie por ahí golpeando cosas o causando cualquier fallo adicional", añade el investigador encargado del proyecto.

La sostenibilidad: otro de los objetivos del proyecto

El proyecto Natick tenía dos objetivos: uno, comprobar la eficiencia de estos centros de datos sumergidos en el agua. Y el segundo, intentar obtener más información sobre el uso eficiente de energía en la computación de almacenamiento de datos en la nube.

En este caso, toda la electricidad que se utiliza en Orkney proviene del viento y energía solar, pero no hubo problemas para que el cilindro estuviera conectado a una fuente de energía convencional. El centro de datos submarino pudo funcionar "realmente bien" con lo que el resto de centros de datos consideran una red poco confiable, señala Fowers.

Tras demostrar que el mar también les ha aportado una fuente de energía adicional y eficaz, al equipo de 'Project Natick' solo le queda demostrar que estos centros de datos se pueden recuperar fácilmente, reciclar o cambiar por otros nuevos una vez llegan al final de su ciclo de vida útil.