La madrugada del pasado 21 de enero, hora española peninsular, tuvo lugar el fenómeno astronómico conocido como superluna de sangre. No obstante, durante ese eclipse lunar, las cámaras de muy alta sensibilidad del proyecto MIDAS pudieron captar un segundo hecho: el impacto de un meteorito en su superficie del satélite.

"La roca, al colisionar contra el suelo lunar, se destruyó completamente y, a la vez, generó un nuevo cráter. Además, fue en el impacto cuando una parte de la energía se convirtió en luz. Por lo que esa luz es el destello que han recogido nuestros telescopios", ha comentado José María Madiedo, profesor titular de la Universidad de Huelva (España), a la revista National Geographic.

Este impacto se produjo en la cara visible de la Luna y dejó un leve destello a su paso, una característica de los choques a gran velocidad. Sin embargo, no solo las cámaras MIDAS fueron testigos de este hecho, muchos ciudadanos que observaban el eclipse con sus teléfonos pudieron grabar el destello ya que éste fue muy luminoso.

Las colisiones de meteoritos contra la superficie lunar son muy habituales ya que no tiene una atmósfera que los pueda frenar, de ahí la existencia de tantos cráteres.