A simple vista parecen gominolas, pero en realidad son complementos nutricionales, esenciales para los pacientes con enfermedades metabólicas, y han sido creados gracias a una impresora 3D. Se trata de un proyecto de investigación del Hospital Clínico de Santiago y la Facultad de Farmacia, dirigido a niños desde los tres años.

"No había suficientes medicamentos a nivel comercial para ellos", señalan desde el hospital y, por eso, empezaron "a elaborar fórmulas magistrales". La doctora María Luz Couce, directora de la Unidad de Enfermedades Metabólicas de dicho centro sanitario, apunta además que "algunos tienen que tomar varios productos dietéticos", por lo que se plantearon "fusionar dos en uno" para ser tomados en una misma gominola. El objetivo es que resulten atractivos para los más pequeños.

"Nosotros hacemos la dosis específica para cada paciente, la forma que necesita, el color e incluso el sabor", detalla Chema Giráldez, farmacéutico del Hospital Clínico. Primero, se elige el sabor, se selecciona la forma y el tamaño, que se relaciona con la dosis, y la impresora ya se pone a funcionar. "Podemos imprimir desde 20-30 segundos por comprimido", precisa el farmacéutico de FABRX Carlos Bendicho.

Así, frente a la presentación más habitual de los complementos, en forma de cápsulas y con sabor al principio activo, pueden obtenerse unos corazones de gominola con sabor a vainilla. Y a los niños, resume la doctora Couce, "en general les sabe muy bien". Este es un proyecto pionero a nivel mundial y el siguiente paso será probar la impresora también con medicinas.