Existe la posibilidad de comprar un brick de leche pasteurizada y bebérsela en el momento sin ningún problema, pero hay gente que prefiere llevarse la leche cruda y ahora, en Cataluña, pueden hacerlo.

De la ubre y el ganadero de pequeña escala al hogar. La leche cruda está a la venta en en máquinas expendedoras o en tiendas minoristas, siempre que cumpla con requisitos sanitarios tanto la explotación ganadera como el transporte.

Si les preguntamos a sus forofos por qué tomarse esta molestia lo tienen claro: el sabor de la leche cruda y colaborar con el desarrollo sostenible de los ganadores.

El problema empieza cuando sometemos estas creencias al microscopio implacable de la ciencia. Aquí la bucólica botella de leche cruda se nos revela como un posible carnaval de bacterias.

Victor Briones, experto en sanidad animal, asegura que la leche cruda posee numerosas bacterias que, aunque sean "perfectamente naturales, son patógenas".

Es imposible tomar la leche cruda sin hervirla antes, no una ni dos veces, sino tres. Un trabajo extra para tener una leche que la ciencia recuerda, no es más nutritiva: "La pasteurización lo único que hace es eliminar las bacterias patógenas preservando todas las demás virtudes: enzimas, proteínas, grasas, azúcares" asegura el científico.

La pasteurización, recuerdan los expertos, no hay cacito bien intencionado que la iguale.