Hombre, hombre, hombre, hombre, hombre, hombre, una mujer... Son estudiantes de Informática de la Universidad Autónoma de Madrid, donde la mujer es especie en extinción. "En clase somos unos 100 y somos 15 chicas", explica una joven.

Hoy, sólo hay un 12% de mujeres en carreras tecnológicas, menos que hace 30 años, que las mujeres suponían el 30%.

Sara Gómez, asesora de la Real Academia de Ingeniera, sostiene que la idea que se tiene de los ingenieros es de "hombres un poco raros, gente desaseada... que luego no es verdad".

En las ferias de videojuegos, ellos juegan, enseñan o arbitran y ellas son azafatas. Las ferias las de tecnología están llenas de chaquetas y mocasines, de vez en cuando interrumpido por un pequeño grupo de mujeres.

También hay un gran sesgo de género. Nuria Oliver, doctora en Inteligencia Perceptiva en el MIT, dice que "tanto hombres como mujeres tendemos a considerar que los hombres están más cualificados para ciertas cosas y la tecnología es una de ellas".

En las diez empresas líderes en tecnología, solo una, IBM, está encabezada por una mujer. Sólo hay un 26% de mujeres en empresas tecnológicas y a las pocas que hay no se les reconoce, ni se les visibiliza.

Otro ejemplo, los ganadores de los Premios Turing, los Nobel de la Informática. En los últimos 20 años sólo ha habido tres mujeres. El problema es que sin reconocimiento no hay visibilidad y sin visibilidad no hay referentes, como ellas, para inspirar a nuestras jóvenes.