Declarada la emergencia climática. 11.258 científicos de todo el mundo han aunado sus voces en un informe publicado en la revista BioScience.
Alertan de la amenaza catastrófica planetaria y dicen que tienen la obligación moral de advertírselo a la humanidad: estamos, aseguran, ante una emergencia climática.
Pero, ¿en qué datos se apoya la comunidad científica? Primera clave, somos muchos. En los últimos 1.000 años la población mundial ha crecido despacio. Pero, con la revolución industrial, el crecimiento demográfico se disparó. Hoy somos cuatro veces más gente que hace un siglo.
Para alimentar a todos necesitamos demasiada carne. El ganado rumiante ha aumentado un 20% en sólo 25 años. Y con tanta gente y tantas vacas, estamos agotando el agua dulce del planeta. En sólo 50 años hemos perdido más de la mitad del agua disponible por habitante en ríos o lagos.
A los bosques les pasa igual. En 25 años hemos perdido una extensión de bosque igual a toda la superficie de España y Francia juntas.
Y como desaparecen los bosques y el agua, mueren también los animales que viven en ellos. Hoy hay un 60% menos animales vertebrados que en 1970. Especialmente grave es la situación de los peces de agua dulce. El 80% ha desaparecido en sólo 50 años.
Sí hay algo que ha crecido: las emisiones de CO2, un 60% en 25 años. "Cuántos más somos, más consumimos, más emisiones y más degradación ambiental", apunta David Vieites, científico del CSIC y coautor del manifiesto. ¿El resultado de todo esto? Un aumento de la temperatura de un grado en sólo medio siglo. Lo más preocupante, el termómetro sigue subiendo.
Hasta amenazas de muerte
El precio de divulgar ciencia: amenazas, insultos y acoso, un problema que afecta especialmente a las mujeres
Un arma de doble filo Aunque muchos científicos logran acercar el conocimiento al público, cerca del 50% enfrentan insultos, amenazas e intimidaciones. Esta problemática afecta aún más a las mujeres, quienes constituyen el 57% de las principales víctimas de acoso en este ámbito.