Mantener controladas las pulsaciones, la tensión arterial o el oxígeno en sangre con una guitarra. Eso es lo que hace, entre otras muchas cosas, la musicoterapia. Una disciplina médica implantada en los principales hospitales del país.

Mari Cruz, una paciente del hospital de La Paz de Madrid, recibe dopamina en forma de música, un potente analgésico natural. Sus musicoterapeutas investigan cómo afecta la música a los pacientes, y sus efectos se notan. Tanto que Mari Cruz iba a recibir una inyección para las náuseas y "se le han pasado", según cuenta su madre.

Otra de las pacientes, Margarita, casi no podía moverse antes de empezar la sesión. "Cuando hemos empezado la intervención la frecuencia cardíaca estaba en valores de 95, y en solo dos minutos hemos conseguido que baje a niveles de 80", ha comentado David Gamella, director del proyecto 'UCI Music'.

Este grupo trabaja mano a mano con los médicos para conseguir que la frecuencia respiratoria, cardíaca y la saturación de oxígeno se estabilicen, algo que puede marcar la diferencia en una UCI de neonatos.

Además, estas sesiones pueden terminar involucrando a médicos y enfermeros. Un momento lúdico capaz de sanar.