El móvil, la tablet, el ordenador. Cada adolescente pasa casi tres horas al día de media conectado. Es más tiempo que dando clase, si hacemos la media contando vacaciones y fines de semana.

Los padres son conscientes: "Pasan demasiado tiempo", "se envician con la música y los vídeos", "no se relacionan, están todo el día con el móvil" son algunas de las quejas más frecuentes.

La solución a un posible abuso está en ellos, los padres. Pero es que lo usan aún más: tres horas y cuarto cada día. Y así es difícil dar ejemplo.

El primer paso para gestionar el buen uso de internet de los menores es controlar el tiempo y, sobre todo, lo que ven.

"De la misma manera que nos preocupa la alimentación de nuestros hijos, nos tiene que preocupar su dieta digital", explica Manuel Bruscas, vicepresidente de producto de Qustodio.

Pero también hay que tener en cuenta, como explica la psicóloga María Guerrero, que "cuando prohibimos algo, aumenta el deseo de consumo de ese algo. Por ello, no siempre la solución es prohibir, es mejor dialogar".

Las aplicaciones de control parental permiten a los padres vigilar desde su teléfono las webs y apps que visitan sus hijos en todos sus dispositivos, cuándo las visitan y qué hacen en ellas. Pueden bloquear sitios indeseados, y programar un calendario de horas a las que sus dispositivos se quedan sin conexión.

Una ayuda, pero probablemente no solucionen la gran pega de todo esto: la guerra con los hijos por internet.