Llenar el tanque en 5 minutos pero no con gasolina, sino con un tubo de escape del que lo que sale es vapor de agua. Es la alternativa que ofrecen los coches de hidrógeno que en algunos países ya se comercializan.

A diferencia de los eléctricos, la pila de combustible no se recarga mediante un enchufe, sino que tienen unos depósitos de hidrógeno en los que éste se mezcla con el oxígeno para generar energía eléctrica. Muchos de estos coches tienen una autonomía entre 400 y 600 kilómetros.

Pero estos automóviles no son la única alternativa, porque coches como los eólicos comienzan ya a ser una realidad. Ya los hay incluso que recargan sus baterías mientras circulan. En los desplazamientos se aprovecha el viento para generar energía y han conseguido que logre una autonomía de 110 kilómetros.

Por su porte, en los solares se necesita un sistema de baterías para hacerlos funcionar. Un grupo de estudiantes holandeses han diseñado el primer coche familiar solar que es capaz de generar más energía de la que consume en un año. Puede recorrer hasta 1.000 kilómetros con la carga completa. Una variedad que será protagonistas de nuestras carreteras futuras.