El equipo de investigación de enfermedades infecciosas del Vall d’Hebron ha descubierto que los linfocitos tipo 'T', que reaccionan frente a nuevas infecciones, se podrían mantener entre tres y cinco años en el caso de haber desarrollado la enfermedad por coronavirus.

Meritxell Genescà, investigadora principal del grupo de investigación en Enfermedades Infecciosas del VHIR, lidera el ensayo que ha hallado un avance a nivel cualitativo en la lucha contra el COVID y sus efectos: "Si vuelve a aparecer el Sars-CoV-2, estas células que se han quedado allí para proteger reaccionan de manera muy rápida para matar a las nuevas células que se pudieran infectar".

Según el estudio, cuando un paciente supera el COVID tras haber pasado la enfermedad de forma moderada o grave, en los tejidos de sus pulmones quedan residentes células de memoria que actuarían contra una segunda infección, protegiendo al organismo.

Así, se ha podido certificar que, al menos, esas células permanecen diez meses después de la convalecencia, pero podrían llegar a hacerlo hasta cinco años si la enfermedad y la respuesta inmunitaria se comportaran como otros coronavirus. Y eso es lo que se presupone.

"Sabemos que con otros coronavirus estos linfocitos permanecen incluso años. Cabría esperar que en esta ocasión tendremos linfocitos que nos hagan de protección durante al menos tres, cuatro o cinco años", ha expresado Genescà.

Para descubrirlo, los investigadores han realizado biopsias de pulmón a siete pacientes que han pasado la infección y que se sometieron a algún tipo de intervención (que no tenían que ver con el COVID) para descubrir que en los tejidos se encontraban en buen número este tipo de linfocitos, algo que con un análisis de sangre no se puede detectar.