Los avatares, calcados de presentadores chinos, informan de las noticias, sucedan cuando sucedan. "Trabajaré incansablemente para informarles", dice uno de ellos.

Informan sin descanso, sin pagas extra, pero también sin alma, lo que le viene muy bien a censura china, ya que no hay riesgo, a priori, de que quieran hacerse los valientes y saltársela.

No son los primeros presentadores virtuales. Ese título lo tuvo Ananova hace más de diez años. Sin embargo, los de ahora son los más avanzados y realistas, llegando incluso a pestañear.

En Japón llevan tiempo tirando de la robot Érica para dar las noticias y hay también hay artistas virtuales que arrastran masas. Son la avanzadilla de una inteligencia artificial que avisa: viene a hacerse con el mundo en un futuro no tan lejano.