Fíjense en el punto naranja del vídeo es la única imagen de la explosión del meteorito. Diminuto desde el espacio, pero algo que desde la Tierra veríamos así: una luz cegadora hasta que nos sacude la onda expansiva.

Así vivieron en Rusia hace seis años la explosión de un meteorito similar. Este último, de 10 metros de diámetro, estalló en diciembre a 25 kilómetros de altura sobre el Mar de Bering. Es prácticamente imposible que asteroides así toquen tierra.

"Este meteorito lo que ha hecho ha sido explotar al entrar en la atmósfera", afirma Francisco Cordero, astrofísico. Pero su intensidad es 10 veces mayor que la de la bomba atómica de Hiroshima.

Habría afectado a una superficie de 2.000 kilómetros cuadrados. Para que se hagan una idea, la extensión de la provincia de Bizkaia.

Explosiones difíciles de prevenir porque son cuerpos fríos y no muy grandes. Improbables, además, sobre nucleos urbanos, ya que menos del 1% del planeta está poblado.