Es como un análisis de sangre más, pero la biopsia líquida se convierte en crucial para combatir los tumores cerebrales. "Nos permite saber cómo está el tumor, si tenemos que tratarlo, cómo tenemos que tratarlo o si tenemos que parar un tratamiento", explica Rafael López, jefe de Oncología del CHUS.
El diagnóstico de la prueba es rápido; en solo, 24 o 48 horas, el ADN de la sangre revela a los médicos la información que necesitan. "Estudiar los ácidos nucleicos, especialmente en DNA y después están las células tumorales circulantes que son las responsables de que aparezca metástasis", explica López.
Además, esta biopsia líquida es mucho menos dañina para el paciente. "El método es mínimamente invasivo, se puede repetir todas las veces que se quiera", señala Víctor González, director de I+D Atrys Health.
Con toda su lista de virtudes, no es una técnica que se efectúa con frecuencia. "Necesitamos dinero y buscamos vías de financiación por todos los medios", apunta López.
Porque entre sus principales objetivos están el de que esta biopsia líquida se realice, también, para diagnosticar tumores cerebrales aún no detectados y para tratar otro tipo de tumores.