El estado actual de nuestros glaciales en Antártida es preocupante. "La Antártida se desmorona en sus bordes" es lo que comentó Chad Greene, autor líder del estudio conducido por el Laboratorio de Propulsión Jet de la NASA. La investigación ha demostrado resultados desalentadores sobre el ritmo del deshielo.

En este estudio, hecho público por la NASA este jueves, se encontró que la pérdida neta de hielo por desprendimiento de trozos de glaciar hacia el océano es casi tan grande como la que se produce por el adelgazamiento de por derretimiento de las plataformas. Los científicos contaban con la velocidad del segundo, pero el desprendimiento les está tomando por sorpresa.

Este descubrimiento es especialmente preocupante porque el desprendimiento causaría que aumentara el nivel del mar. Después de todo la Antártida contiene 88% del potencial del nivel del mar. Si todo ese hielo se desprende sería catastrófico. Y esta realidad parece estar acelerándose incluso más que las predicciones ya pesimistas de los científicos.

Para realizar este estudio, el equipo de Greene observó imágenes sintetizadas a partir de longitudes de onda visibles, infrarrojas térmicas y de radar para trazar el flujo glaciar y el desprendimiento de hielo desde 1997. Tomando en cuenta 50.000 kilómetros de la costa del continente.

Los glaciares tienen un ciclo natural de perdida y reposición de hielo. Es un proceso sumamente delicado y la formación de estos glaciares tarde miles de años en completarse. Pero con el calentamiento global en aumento, será muy difícil reponer este hielo de forma natural. De hecho, los investigadores consideran improbable que la Antártida pueda volver a los niveles de los glaciares anteriores al año 2000 para finales de este siglo.

Actualmente, como consecuencia del desprendimiento y adelgazamiento de los glaciares se ha reducido la masa de las plataformas de hielo de la Antártida en 12 billones de toneladas desde 1997, el doble de lo que se estimaba que sería anteriormente. Solamente la cantidad perdida por desprendimiento sería de un tamaño aproximado al área de Suiza.

Estos fenómenos están afectando sobre todo a la zona oeste del continente porque las corrientes calientes golpean más esta zona. Sin embargo, el lado este también está comenzando a preocupar, ya que “hay más perdidas que ganancia”, dice Greene. De hecho, no hay que mirar muy atrás en el tiempo para ver los efectos graves sobre esta zona, el pasado marzo el colapso y desintegración de la plataforma de Conger-Glenzer. Greene se atreve a decir que esta podría ser una señal de mayor debilitamiento.

Eric Wolff, profesor investigador de la Royal Society de la Universidad de Cambridge, dijo que "la buena noticia es que, si nos mantenemos en los 2 grados de calentamiento global que promete el acuerdo de París, la subida del nivel del mar debido al desprendimiento de la capa de hielo de la Antártida oriental debería ser modesta". Sin embargo, si esto no se cumple, podemos esperar que el nivel del mar aumente varios metros en los próximos siglos. Por ende, aquellas ciudades que están en peligro de hundimiento serán las más afectadas de primero.