Un estudio de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) distingue cuatro tipos de enfermos de COVID-19 en función de los síntomas que presentaron 12.066 pacientes de hospitales españoles, siendo los enfermos que desarrollan tos, fiebre, falta de aire y vómitos quienes peor pronóstico tienen.

Este es el caso de Trinidad Ramos, que ingresó con diarrea, tos y mucha fiebre. "Seguí con mucha diarrea, casi durante un mes. Muchísima tos, me ahogaba. Muchísima fiebre", asegura.

El estudio, realizado en 150 hospitales, encuadra como pacientes con peor pronóstico a este cuarto grupo, un 10,4% de los participantes en el estudio.

El primer grupo, que representa al 72,4% de los pacientes, fue el más grande y numeroso y comprendió a pacientes con fiebre y tos, que tendían a ser personas mayores con otras enfermedades. De ellos, uno de cada diez falleció. Son el grupo con mayor probabilidad de ingreso en UCI y mortalidad.

El segundo grupo, el 9,9% de los enfermos, presentó además pérdida de gusto y de olfato, aunque un menor porcentaje de ingreso en UCI y mortalidad. El tercero, por su parte, experimentó dolor de músculos o articulaciones, dolor de cabeza y garganta. Solo fueron el 7,3%. Ambos grupos con buen pronóstico.

A Jorge Martín, que experimentó tos, fatiga y diarrea en los últimos días de la enfermedad, se le puede categorizar entre el segundo y el cuarto grupo, ya que perdió también el gusto y el olfato.

La importancia de encuadrar a los pacientes en grupos reside en la necesidad de identificar cuanto antes el tratamiento. De acuerdo con uno de los firmantes del estudio, el médico internista Manuel Rubio-Rivas, "el primer día que conocemos al paciente en el hospital lo podemos categorizar en uno de esos cuatro subtipos".

De esta manera es más fácil identificar a los pacientes que desarrollarán una enfermedad más leve. "Esto bajaría el colapso y poder atender a pacientes realmente graves, que nos necesitan más", afirma Rubio-Rivas.