Los ya canónicos dos metros de distancia de seguridad podrían no ser suficientes en espacios cerrados. Es lo que se desprende de un estudio realizado en el hospital de Ginesville de Florida, en EEUU, donde los científicos hallaron coronavirus viable en el aire de una habitación, a casi cinco metros de un paciente infectado.

El paciente con COVID-19 se encontraba en una habitación sin ventana pero ventilada. Al hablar o toser, las partículas infecciosas podrían llegar a desplazarse hasta cinco metros, llegando así a su compañero de habitación.

Los autores del estudio han logrado alcanzar esta conclusión gracias a una máquina que filtra el aire de forma similar a nuestros pulmones. Esta detectó hasta 74 partículas contagiosas por litro de aire: una cantidad pequeña pero que, respirada durante un tiempo, puede suponer un riesgo.

El estudio aún está pendiente de revisión y publicación. Preguntado sobre estos resultados, Fernando Simón ha pedido cautela. "No implica que el virus pueda transmitir a cinco metros", ha tranquilizado, matizando que "hay que valorar en qué condiciones, qué cantidad de virus, si el virus creció en cultivo o no... hay muchos factores".

No obstante, este estudio vuelve a abrir el debate sobre la transmisión del virus y su capacidad de quedar en suspensión durante más tiempo y mayor distancia de lo que se pensaba. Una posibilidad que la Organización Mundial de la Salud (OMS) aún no ha esclarecido.

El pasado 10 de julio, la doctora María Van Kerkhove, directora de Enfermedades Emergentes de la OMS, señaló que "existe la posibilidad de que pueda haber partículas en aerosol en entornos específicos, como interiores donde hay aglomeraciones y poca ventilación y donde las personas pasan prolongados periodos de tiempo".

Además, los resultados plantean nuevos escenarios sobre si, además de en hospitales, el riesgo puede aumentar en lugares como bares o discotecas. "Tiene unas repercusiones sobre todo en el planteamiento de cuáles son los sistemas de ventilación de los lugares cerrados, sobre todo donde hay personas vulnerables", apunta el doctor José Félix Hoyo, presidente de Médicos del Mundo.