La presbicia, más conocida como vista cansada, no se puede prevenir. Hasta ahora, se creía que retrasando el momento de utilizar gafas se podía frenar el avance de los síntomas de la vista cansada. Pero los expertos avisan: es un mito.

Se trata de un proceso natural, asociado al envejecimiento del cristalino, la lente natural del ojo. El uso de gafas no lo altera.

Suele aparecer a partir de los 40 años y va aumentando con la edad, dificultando la capacidad de enfocar objetos cercanos. A partir de los 45 años afecta a la mitad de la población.

¿Cuáles son los síntomas de la presbicia?

Tenemos que estar alerta cuando empezamos a tener problemas para leer las letras pequeñas, se ven borrosas o parece que bailan, necesitamos alejar el texto, o comenzamos a tener dolor de cabeza y fatiga visual al fin de un día de trabajo.

Una vez aparecen estas señales, las soluciones son diversas: se puede corregir con gafas o lentes de contacto o también hacer cirugías para implantar lentes o moldear la forma de la córnea.

El doctor Julio Maset explica que "si se recibe a tiempo el tratamiento adecuado, se conseguirá mantener la calidad de visión". Por ello, insiste en que es fundamental pasar por revisiones periódicas una vez se cumplen los 40, "especialmente si se dedican largas jornadas a leer o a trabajar en el ordenador, ya que ello puede contribuir a un desarrollo más temprano de la presbicia", concluye el doctor Maset.

Buenos hábitos

Los expertos recomiendan adoptar buenos hábitos cuando se trabaja con el ordenador: descansar cada veinte minutos; prestar atención al brillo, la posición y la distancia de la pantalla; y mantener buena lubricación de la superficie ocular, empleando por ejemplo lágrimas artificiales.