El uso de mascarilla se ha generalizado en prácticamente todo el mundo a raíz de la pandemia de coronavirus. En España es obligatoria desde hace meses en lugares públicos, pero, con la llegada de la tercera ola y la aparición de nuevas variantes del virus, ahora el foco se pone en qué tipo de mascarilla empleamos.

Y es que la eficacia de una mascarilla de tela casera no es equiparable a la de una de tipo quirúrgico o FFP2. Algunos países ya están legislando al respecto: Austria, por ejemplo, ha hecho obligatorio este estándar de mascarilla filtrante tanto en supermercados como en el transporte público.

En este sentido, el doctor Abraar Karan, de la Escuela de Medicina de Harvard, defiende que los ciudadanos utilicen mascarillas de tipo N95. En declaraciones recientes a la 'CNN', el experto señalaba que si las personas utilizaran estas mascarillas en lugares de riesgo de contagio "esto acabaría con la epidemia".

Este tipo de mascarillas, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, filtran al menos el 95% de las partículas. "Ahora sabemos que los aerosoles se expanden mejor cuando hay mala ventilación, aglomeración o un contacto estrecho prolongado", señaló Karan, que defiende que en estos entornos de riesgo "las mascarillas de tela por sí solas no van a bloquear los aerosoles".

A juicio del especialista, las mascarillas de tipo N95 serían esenciales para permitir la reapertura de la economía. "Si tenemos una protección personal mejor para las personas, pueden volver al trabajo de forma más segura", indicó al citado medio.

El doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU, también defendía recientemente, de nuevo en declaraciones a la 'CNN', que "una mascarilla N95 que se ajuste bien es claramente lo mejor que puedes hacer".