De hecho, desde la investigación se hace hincapié en la inequívoca relación entra la exposición al antibiótico y la resistancia a él. "Reducir el uso innecesario de los antibióticos es, por lo tanto, esencial par amitigar la resistancia al antibiótico", exponen.

Los investigadores exigen a los facultativos y al público en general a que estén bien informados y piensan que este es el primer gran objetivo del Plan de Acción de la Organización Mundial de la Salud. Emplazan a las numerosas organizaciones que piden que se complete la prescripción médica a que apoyen sus peticiones con evidencias científicas. "Deberían pública y activamente mantener que esta guerra no tiene ninguna base y es incorrecta", aseguran.

A pesar de esto, también existen algunas enfermedades, según ellos, que sí pueden desarrollar "resistencia espotánteamente" si cortas el tratamiento, como la tuberculosis, la gonorrea o el VIH". Aunque, eso sí, lo consideran casos aislados: "la mayoría de las especies de bacterias que se generan ahora no desarrollan resistencia durante el periodo de prescripción seleccionado".

"Cuando más tiempo el antibiótico se expone a las bacterias a las que combate, mayor puede ser la presión de que se desarrolle resistencia al antibiótico", concluyen. Históricamente, continúan, la prescripción de los antibióticos siempre se ha impuesto "con miedo al un tratamiento inadecuado y con menos preocupación sobre su sobreuso".

De hecho, cuestionan la validez de que diferentes personas deban seguir el mismo tiempo un tratamiento similar. "Los pacientes pueden responder diferentemente al mismo antibiótico, dependiendo de ellos y de los factores de la enfermedad en particular", expecifican.