Los amantes de la cerveza están de enhorabuena. Una vez más, la ciencia les vuelve a dar un sólido argumento para el continuado consumo de una de las bebidas más famosas a nivel mundial.

En esta ocasión, se expone que el consumo regular de la cerveza, si bien moderado, durante las principales comidas del día, tendría efectos antiinflamatorios y antioxidandes en el cuerpo.

No sólo eso, pues se considera, además, que puede mejorar la salud cardiovascular. Esto es, con un efecto beneficioso para el corazón. Pero también afecta a la estética del cuerpo de forma diferente a la que se creía. O mejor dicho, de una forma que no se creía, pues su ingesta no influye directamente en el peso.

Así se expresa, al menos, en 'Bases científicas de los efectos beneficiosos del consumo moderado de cerveza en el sistema cardiovascular', un estudio dirigido por el doctor Ramón Estruch, consultor senior del Hospital Clínic de Barcelona, que ha sido presentado en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares celebrado en Bilbao.

Para la investigación, se escogió a un perfil concreto, pacientes con edades comprendidas entre los 50 y los 80 años y con considerable riesgo cardiovascular, como población-objeto central del estudio.

A los mismos se les invitó a consumir, de forma moderada y durante cerca de un mes, hasta tres tipos de bebida, respectivamente. A destacar, bebida destilada sin polifenoles, cerveza sin alcohol y la cerveza tradicional.

La evolución de los pacientes escogidos para el experimento llegaba a mostrar, durante la evolución del mismo, una reducción notoria la acumulación de grasa en la arteria y de los marcadores inflamatorios. En otras palabras, tenía lugar un aumento de la protección del sistema cardiovascular a partir del consumo moderado de la cerveza, sobre el consumo de otras bebidas alcohólicas.

Para aquellos que recelan del consumo de cerveza en base a la creencia de que engorda, el mismo estudio afirma que su ingesta no influye directamente en el peso de la persona si es bebida de forma moderada. En los mismos pacientes se observó que, a pesar de beber cerveza de forma regular, su masa corporal no se vio afectada en ningún momento.