Las últimas excavaciones que se realizan en el Cerro de San Vicente de Salamanca, donde se levantó el poblado de la Edad de Hierro que dio origen a la ciudad salmantina, han localizado amuletos de la diosa egipcia Hathor, fabricados en el viejo Egipcio y que llegaron a la península en torno al año 1000 antes de Cristo.

Este hallazgo se ha realizado durante los trabajos arqueológicos que comenzaron en los años 90 del pasado siglo, y que en estos momentos dirige un equipo formado por arqueólogos de la Universidad de Salamanca -encabezados por Antonio Blanco- y del Ayuntamiento salmantino -Carlos Macarro y Cristina Alario-.

Los abalorios con la figura de la diosa egipcia Hathor, considerada como la diosa de la alegría, de la maternidad o del amor, reflejan, según ha explicado a Efe el arqueólogo Carlos Macarro, el "intercambio comercial que se produjo en los primeros años de la Edad del Hierro -entre los años 900 y 400 antes de Cristo- en la península ibérica" y, de forma concreta, "en lo que era Salamanca y que posteriormente fue la Vía de la Plata". Además, se puede demostrar la importancia que tenía aquel poblado, que más tarde sería Salamanca, en las rutas comerciales de metales como el hierro o el estaño.

Los arqueólogos encontraron el amuleto de la diosa Hathor y de cuentas de collar que portaban esa figura en los trabajos de excavación que se hacen en lo que fue la casa de un gran señor de aquella época del Cerro de San Vicente, considerado como el primer poblado que dio origen a la ciudad de Salamanca.

Carlos Macarro ha destacado que esos restos estaban fabricados en el viejo Egipto o en las factorías fenicias de la época, en un material conocido como fayenzas, que es una cerámica de cuarzo con el que los egipcios realizaban muchos de sus trabajos de artesanía y que derivan en el color azul, el mismo tono que tienen los amuletos encontrados.

Pero, ¿qué hacían estas piezas en Salamanca, a miles de kilómetros de donde se fabricaron? ¿Por qué han aparecido en el Cerro de San Vicente? Para desvelar estas incógnitas, el arqueólogo Macarro ha afirmado que la entonces Salamanca formaba parte de un enclave "muy importante del comercio" en la península ibérica, al que llegaban los comerciantes fenicios para "intercambiar productos con los indígenas de esta zona".

Es decir, que a través de este eje comercial llegaban a la península "todo tipo de objetos procedentes del viejo Egipto, piezas importadas y fabricadas en el mediterráneo occidental". Y, además, las piezas egipcias han aparecido en las excavaciones que se realizan en la casa de un gran señor de la Edad del Hierro, uno de los hombres que podrían ser los más importantes del poblado salmantino.

"Que hayan aparecido en esta casa puede demostrar que el propietario tenía que tener una destacada posición económica y social, porque era el único que podía haber comerciado con esas piezas", ha señalado Carlos Macarro.

Hasta el momento, estos amuletos o figuras se encontraban en alguna necrópolis, ya que cuando se producía un enterramiento se acompañaba al cuerpo aquellos objetos que se consideraban de interés para el fallecido.

Sin embargo, ahora han aparecido en el "contexto" de una casa señorial, dentro de un poblado que estaba formada por edificaciones de adobe, de en torno a 30 metros cuadrados, situadas en figuras de corrillo y que se abren a un espacio común.

Así fue el origen de Salamanca, a través de un poblado en el que se podían diferenciar clases sociales, con una casa señorial donde han aparecido los amuletos de la diosa Hathor, donde el dueño tendría gran importancia en el comercio de metales, a través de comerciantes fenicios.