Hay que escarbar, picar y retirar la tierra, a pleno sol y sin descanso, para sacar a la luz los restos de una ciudad sepultada de la que los vecinos de Driebes ya sospechaban. Podría tratarse de la antigua villa romana de Caraca. "Quien labrara la tierra con mula llegó a encontrase algunas monedas".

Fue el caso de Julián cuando una mañana subió a este cerro: "Nada más poner el pie vimos una cosa redonda, la cogí y dije es una peseta, pero dije no puede ser, pesa mucha y es muy grande, la limpié y ponía Vesta".

Ahora 14 personas trabajan para desenterrar estas ruinas milenarias y, aunque es pronto para identificarlas con precisión, ya han localizado algunas partes.

"Por un lado tenemos la existencia de una zona porticada, el sur del foro; por otro, una estructura cuadrangular que es la cabecera de este edificio; y luego, tenemos una muestra del decumano", explica Javier Fernández Ortea, codirector de las excavaciones de Driebes.

Los vecinos, ilusionados, ya han visitado las excavaciones y piensan en el valor turístico que aportará a este pueblo de menos de 400 habitantes. "Que esto el día de mañana sea visitable y con miras a un futuro hacer en el pueblo un centro de interpretación, un pequeño museo", cuenta Pedro Rincón, alcalde de Drieves.

Un enclave histórico, que a la espera de confirmar si se trata de la desaparecida Caraca, reposa bajo las tierras de la Alcarria.