En el corazón comercial de Sevilla, una relojería lleva 120 años tomando pulso al tiempo. Pero justo al lado, un competidor intenta hacerle sombra con relojes inteligentes de un gigante tecnológico.

"Estoy siempre conectada a la tecnología, al reloj te llega quién te habla, quién te llama... Además te da la comodidad de pagar, yo la tarjeta ya no la cojo", nos cuenta una consumidora de este producto.

En 2019, Apple vendió 31 millones de relojes inteligentes, superando por primera vez las ventas de todas las marcas suizas de relojes tradicionales, que vendieron 21 millones.

Precisión suiza, que parece, esta vez llega tarde. Lo discute este relojero de cuarta generación. "El reloj analógico es para toda la vida y perdura de generación en generación", señala Sergio Reyes. Son relojes tradicionales, pero no están exentos de una compleja mecánica. "Tiene una serie de engranajes y rodajes que siempre se pueden reparar", añade este relojero de 'El Cronómetro'.

No dependen de batería ni de modas pasajeras. "Va pasando el tiempo y la novedad y cada vez lo uso menos", nos comenta otro usuario. "Para salir por la noche, por ejemplo, prefiero el tradicional", nos cuenta otro hombre.

Pero ahora el consumidor quiere un reloj que no solo marque la hora y desde hace unos, los inteligentes son más asequibles. En este sentido, Paco Villaverde, responsable de tecnología de 'El Corte Inglés', explica que "el abaratamiento de la tecnología ha hecho que sea más accesible a todas las capas sociales".