Pfizer ya ha desgranado su laborioso plan para distribuir su vacuna contra el coronavirus, que debe estar a una temperatura de 75 grados bajo cero para su conservación.

La farmacéutica preparará unos contenedores congelados que se mantendrán fríos con hielo seco. En su interior se colocarán las dosis de la vacuna en unas bandejas con capacidad para 195 viales. Cada contenedor podrá albergar cinco de esas bandejas, es decir, podrá transportar un total de 975 dosis como máximo.

Para su transporte, el contendor irá en una caja de cartón del tamaño similar a una maleta que como mucho pesará 32 kilos, aunque Pfizer asegura que ya está trabajando en tamaños más pequeños que estarán disponibles en 2021.

A pesar de que la temperatura de las dosis debe ser de 75 grados bajo cero, la empresa da un margen de 15 grados por encima y por debajo de esa cifra. Esto se controlará con un sensor térmico con GPS conectado a una torre de control, por lo que se podrá rastrear su ubicación y temperatura.

Para el suministro europeo se aprovecharán las instalaciones de Pfizer en Bélgica y las de su socio en Alemania y la distribución se hará por vía aérea o terrestre.

Una vez lleguen a los puntos de distribución existen tres opciones para conservar las vacunas: mantenerlas en estos contenedores durante 30 días, trasladarlos a ultracongeladores disponibles en laboratorios donde podrán estar seis meses o introducirlos en un refrigerador, donde solo podrían estar entre cinco y seis días.

A España llegarán según sanidad 20 millones de dosis, disponibles, si todo va bien, a principios del año 2021. Teniendo en cuenta las reservas conjuntas de la Unión Europea y siguiendo los criterios de reparto equitativo, ahora mismo podrían llegar unos 100 millones de dosis de distintas farmacéuticas. Esa cifra podrá aumentar según avancen las negociaciones con otras compañías, o reducirse si algunas no logran tener la autorización.