Noah Higón tiene 22 años y siete enfermedades raras diagnosticadas que le han llevado a pasar por quirófano una quincena de veces. Con su dura experiencia ha hecho este lema suyo: "Intento sacar de todo el dolor y todo lo que me ha pasado transformarlo en algo que merezca la pena y cambiar la sociedad en la que vivo".

Las cicatrices que le han dejado las 15 intervenciones quirúrgicas ahora las muestra como heridas de guerra. Su mensaje no es otro que, "gracias a la ciencia estoy aquí".

Por eso entre sus deseos está el de que se siga investigando para poder seguir viviendo. "Todo ha ido evolucionando y mejorando gracias a la ciencia. Es el proyecto de futuro en el que tenemos que contribuir todos", afirma.

Ella es una de las personas que apoya la campaña 'Objetivo 2%' para que la inversión crezca en nuestro país y alcance el 2% del PIB. Esta inversión podría servir para que enfermedades como las suyas que aquí no se estudian empiecen a hacerlo para que pacientes como ella no se vean obligados a salir fuera para recibir un tratamiento.

"El año pasado tuve que viajar hasta Alemania para que me diagnosticasen unos síndromes raros porque aquí en España no hay médicos que se decidan para poder ayudarnos". Y eso es por la falta de inversión y de investigación.

Si aumenta el dinero que se destina a la ciencia, Noah podría tener una mayor calidad de vida. Mientras eso llega, la joven se ha tatuado su filosofía y está decidida a luchar por su vida, compartiendo en sus redes sociales su día a día en los hospitales, siempre con la esperanza puesta en la ciencia. "Es verdad que la ciencia cura, y que sin ciencia no hay futuro", asegura.