Los glaciares son como un río de hielo que se van movimiento lentamente hasta llegar al mar. No obstante, el calentamiento global está acelerando su deshielo, y muchos ya han retrocedido varios kilómetros lejos del océano.

"Hay algunos que avanzan en el tiempo y otros que retroceden, pero en general hay un retroceso rápido; sobre todo, en las últimas décadas", explica Carlos Rodrigo, profesor de Geología de la Universidad Andrés Bello, en Chile.

Un equipo de investigadores chilenos llevan años analizando el avance y el retroceso de los glaciares. Miden la temperatura, salinidad y turbidez del agua que dejan los glaciares para saber cuántos se están derritiendo.

Cuando el hielo marino se derrite, no supone ninguna subida del nivel del mar, ya que el volumen es el mismo. Es el agua del mar congelada. El problema está con los glaciares de tierra. Aunque hay una distancia de 14.000 kilómetros con España, la subida del mar puede afectar especialmente a nuestro país.

"Podrían desaparecer muchas de las infraestructuras costeras", señala Javier Benayas, profesor de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid. Para los expertos, la mano del hombre podría estar detrás de esta agónica imagen del deshielo. "Coincide de alguna manera con el crecimiento poblacional y el desarrollo industrial y tecnológico", considera Rodrigo.

Todavía estamos a tiempo de cambiar nuestras vidas y empezar a apostar de verdad por las energías limpias que ayuden al mantenimiento de este ecosistema.