"Yo no soy un cazador de especies. No voy intentado tachar nombres en la lista. Los paseos por el campo, las salidas que haces te plantean siempre un nuevo reto", asegura Mario Cea, fotógrafo de fauna salvaje.

Con su cámara capta todo tipo de animales salvajes, incluso en las horas más oscuras de la noche. "Me he especializado mucho en fauna nocturna, que es muy complicada", asegura.

Jinetas, murciélagos, zorros o aves rapaces: nada se resiste a su objetivo. "Una jineta, por ejemplo, es un animal de hábitos muy sigilosos y cautos, y sobre todo 'invisibles'", comenta Cea.

"Mis imágenes nacen en la cabeza, y las voy buscando. Por ejemplo, una salamanquesa apoyada sobre el marco de una ventana con la vía láctea detrás", explica.

Para él, el zorro también es un animal curioso porque "hay especímenes muy esquivos y otros, en cambio, que son todo lo contrario, se han acostumbrado a vivir cerca de poblaciones".

Para conseguir estas fotografías se oculta en un aguardo durante horas e incluso días. "Con las ranas resulta muy difícil captar ese salto cuando van a meterse en el agua o el buceo".

Ha fotografiado lechuzas, autillos, mochuelos, cárabo o búho real, que aparte de ser salvajes, son nocturnas y completamente silenciosas.

"La fotografía que más me ha gustado ha sido una de hace un par de años de un martín pescador entrando en el agua a pescar que me llevó muchísimo tiempo, casi siete meses de trabajo el conseguirla", asegura el fotógrafo.