Los drones de combate, muy útiles para la guerra del siglo XXI, cuestan varios millones de euros. Además, hay un prototipo dedicado a localizar minas antipersona, su coste no llega a los 3.000 euros y ha sido diseñado por un estudiante de mecánica con 21 años.
"Estaba hecho pero con un coste muy elevado y fue unir la tecnología de detector de metales con un dron", afirma Jesús Suriol, exestudiante FP mecánica en Salesians Sarrià.
Este dron habría detectado la mina con sus coordenadas exactas para que un equipo especializado procediera a su desactivación. Un pitido daría la alerta y la posición de la mina quedaría marcada en el mapa de una computadora.
"Poner una mina no llega a los dos euros, quitarla supera los 700, con este coste los mismos militares podrían desactivar y no tendrían el coste superior que tienen hoy día", comenta Jesús Suriol.
Se podría hacer con drones pero los actuales superan los dos millones de euros, demasiado costoso. "Lo que más están utilizando son bulldozer que llevan unos rodillos como unas cadenas, entonces desactivan la bomba haciéndola explotar", dice Raúl Fernández, jefe del departamento de Mecánica en Salesians Sarrià.
Sería más barato y accesible, pero de momento, todavía es un prototipo, aunque están buscando financiación. Su sueño es que los países más pobres pudieran borrar el sufrimiento escondido bajo tierra, con un simple vuelo de dron.
Hasta amenazas de muerte
El precio de divulgar ciencia: amenazas, insultos y acoso, un problema que afecta especialmente a las mujeres
Un arma de doble filo Aunque muchos científicos logran acercar el conocimiento al público, cerca del 50% enfrentan insultos, amenazas e intimidaciones. Esta problemática afecta aún más a las mujeres, quienes constituyen el 57% de las principales víctimas de acoso en este ámbito.