Seis meses de asumir el cargo, el director de misiones tripuladas de la Agencia Aeroespacial Estadounidense, Doug Loverro, ha renunciado su puesto por "un error de juicio", del cual no ha dado más detalles. Esta renuncia llega cuando falta una semana para el primer lanzamiento de una misión con astronautas estadounidenses desde EE.UU. en casi una década.
"Los riesgos que asumimos, sean técnicos, políticos o personales, tienen todos consecuencias potenciales si los juzgamos de manera equivocada", ha escrito Loverro en un mensaje que se ha mandado a todos los trabajadores de la NASA. "Yo asumí uno de tales riesgos a principios del año porque juzgué que era necesario para cumplir nuestra misión. Ahora, con el paso del tiempo, está claro que cometí un error con esa opción por el cual sólo yo debo cargar con las consecuencias", ha manifestado.
Las reacciones ante esta renuncia no han tardado en llegar, como la de Kendra Horn, demócrata de Oklahoma y presdienta del subcomité espacial de la Cámara de Representantes. Horn ha afirmado estar "profundamente preocupada por esta renuncia repentina". En estas declaraciones para la publicación especializada 'Space', la política también ha destacado que, bajo la Administración del presidente Donald Trump, se han "visto un patrón de salidas abruptas que han trastornado" los "esfuerzos por los vuelos humanos en el espacio".
La renuncia llega a tan sólo una semana del lanzamiento de una cápsula que llevará a los astronautas Bob Behnken y Doug Hurley a la Estación Espacial Internacional. Y es que desde que en 2011 Estados Unidos puso fin a su programa de transbordadores espaciales, todas las misiones tripuladas con astronautas de este país se han hecho mediante naves lanzadas por Rusia.
La contratación de Loverro para dirigir las misiones tripuladas había sido anunciada por la NASA en octubre de 2019 para reemplazar de Bill Gerstenmaier, quien ocupó el cargo durante varios años y que fue reasignado a una posición de asesor espacial en julio, también sin aviso previo. La dirección de la NASA estaba insatisfecha con el ritmo de desarrollo de los sistemas de exploración necesario para cumplir con la meta de Trump de llevar astronautas estadounidenses a la Luna en 2024.
A finales de abril, la NASA anunció el otorgamiento de contratos a las firmas Blue Origin, Dynetics y SpaceX para la cápsula que descenderá en la Luna, lo cual da a las empresas el tiempo para afinar sus diseños en los próximos 10 meses antes de la selección de una de las ofertas para completar la construcción de la nave. "Que no haya equívocos en esto", dijo Loverro, quien afirmó, con el anuncio de estos contratos, que estaban "en camino".
Según 'Space', en una reunión el 13 de mayo del Consejo Asesor de la NASA, Loverro defendió el plan de la agencia y dijo que creía "absolutamente posible" la meta de llevar astronautas a la Luna en 2024. A Loverro, cuya renuncia es efectiva desde el 18 de mayo, le reemplaza, interinamente, el astronauta Ken Bowersox.