"No elijáis la extinción, salvad vuestra especie antes de que sea demasiado tarde". Es la contundente advertencia que hace un dinosaurio ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en la última campaña de la ONU contra el cambio climático.

Un sorprendente cortometraje que busca concienciar sobre el calentamiento global, cuyo protagonista -que conoce lo que es extinguirse de primera mano- insta a los líderes mundiales a eliminar los subsidios a los combustibles fósiles para así evitar que también la humanidad acabe desapareciendo. "Extinguirse es algo malo", asevera este inesperado orador, que lanza un contundente mensaje a los seres humanos: "Al menos nosotros tuvimos un meteorito, ¿cuál es vuestra excusa?".

"Estáis dirigiéndoos a un desastre climático y aun así, cada año los gobiernos gastan miles de billones de fondos públicos en subsidios para combustibles fósiles. Imaginaos que nosotros nos hubiéramos gastado cientos de billones al año dando subsidios a meteoritos gigantes. ¡Es lo que estáis haciendo ahora mismo!", sostiene el dinosaurio.

En su discurso, además, recuerda a las personas que viven en la pobreza en todo el mundo y lanza una clara pregunta: "¿No creéis que ayudarles a ellos tendría más sentido que estar pagando por la caída de toda vuestra especie?".

No obstante, asegura que ahora, en pleno proceso de recuperación tras la pandemia, todavía tenemos "una enorme oportunidad" de no desaparecer. "Es hora de que los humanos dejéis de poner excusas y empecéis a hacer cambios", sentencia el dino.

El objetivo de esta campaña, elaborada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) es generar conciencia sobre cómo los subsidios gubernamentales a los combustibles fósiles "anulan" los progresos para poner fin al cambio climático, además de impulsar la desigualdad, beneficiando a los ricos.

Según datos del PNUD, por cada dólar prometido para hacer frente a la crisis climática en favor de las personas más pobres del planeta, se gastan cuatro en subsidios a los combustibles fósiles que, precisamente, la perpetúan. Concretamente, 423.000 millones de dólares al año en subsidios a los combustibles fósiles para los consumidores. Una cantidad, de acuerdo con el PNUD, cuatro veces superior a la que se necesita para ayudar a los países pobres a hacer frente a la crisis climática.

Una situación ante la que este dinosaurio nos invita a reflexionar, de cara además a la Cumbre del Clima que se celebra la próxima semana.