Mientras para unos el fin del mundo es la extinción de la especie humana, para otros se trata del ascenso a un nivel superior o un cambio radical en la manera en que vivimos.

"Es sólamente un símbolo, es el epicentro de algo que está ocurriendo; una transformación del mundo como nunca antes la habíamos conocido", explica Enrique de Vicente, director de la revista 'Año cero'.

Pero por si las moscas, hace meses que todos los hoteles de Bugarach (Francia), el único lugar que se salvará del fin del mundo, están reservados para dormir tranquilos la noche del apocalipsis.

Eso sí, los que quieran acercarse al monte de Bugarach, donde según la leyenda, viven los 'alien salvadores', tendrán que buscar otra vía de rescate.

El alcalde del pueblo ha prohibido el acceso después de meses viendo llegar a miembros de sectas y turistas que arruinan el patrimonio natural llevándose las piedras del lugar. 
El acceso a este monte se ha prohibido temiendo una gran aglomeración de 'preppers' (así se conoce a los que creen en el fin del mundo) y los hay para dar y tomar.

En Estados Unidos no son pocos lo que afinan el manejo del arma y crean o compran bunkers por lo que pueda pasar.

Porque para salvarse todo vale,como ejemplo un empresario chino, que se está haciendo de oro vendiendo veinte bolas de cuatro metros de diámetro y seis toneladas de peso al módico precio de 600.000 euros. Es un refugio diseñado para evitar los peores desastres y por supuesto promete, a prueba de meteorito.