Exponerse al sol sin protección es un riesgo que puede dejar huellas en la piel. Las manchas podrían convertirse en un melanoma, el cáncer de piel más agresivo. Pero científicos del hospital Vall d'Hebron han descubierto una nueva vía para tratarlo.

Las células de melanoma necesitan eliminar unas toxinas para poder reproducirse. El tratamiento impide que esas toxinas salgan de la célula y, por lo tanto, mueran intoxicadas por su propia producción de residuos.

"Es un talón de Aquiles de estas células. Si apagamos esta maquinaria, la célula acumula estas toxinas y termina envenenada y muerta", explica Juan Ángel Recio, jefe de Laboratorio Receca Biomédica en Melanoma.

De momento, está en fase experimental; se ha probado con ratones, y los resultados son esperanzadores. "Un tumor sin tratar o tratado con diferentes concentraciones de este medicamento es capaz de reducir el tamaño tumoral en aproximadamente un 70%", recuerda Juan Ángel.

Además, este fármaco es capaz de matar las células madres que son las responsables de la resistencia a la quimioterapia. Todo un avance, aunque los dermatólogos advierten de la importancia de la prevención los primeros años de vida.

"Se estima que aproximadamente el 75% del sol que recibe nuestra piel llega antes de los 18 años, y eso deja alteraciones que no siempre somos capaces de reparar ", asegura Vicente García Patos, jefe de dermatología del Vall d'Hebron. Por eso, echarse crema puede salvar de padecer unos 5.000 nuevos casos de melanomas que se diagnostican en España cada año.