Un avión del 'Instituto Alfred Wegener para la Investigación Polar' sobrevoló el glaciar 'Hiawatha' con un radar de precisión para saber que se escondía bajo su forma circular.

Los investigadores hallaron uno de los 25 cráteres más grandes de los conocidos hasta el momento, un agujero más grande que la ciudad de París sepultado bajo una capa de hielo de un kilómetro de profundidad, según el estudio publicado en 'Science Advances'.

El glaciólogo de la NASA Joseph MacGregor ha declarado su sorpresa ante la precisión del radar: "Ofreció asombrosos detalles de la depresión, un borde claramente circular, un levantamiento central, capas de hielo removidas y no removidas, restos de la base. Todo está ahí".

Hasta 2015 no comenzó a estudiarse, los investigadores sabían que podría ser un hallazgo importante pero al mismo tiempo tenían "claro que sería difícil de confirmar" por lo que comenzaron a analizar la zona a pie, ha asegurado Kurt H. Kjaer, del Museo de Historia Natural de Dinamarca.

Los sedimentos analizados concentraban níquel, cobalto y oro, que señalaban que eran restos de un meteorito de hierro, pero además, había arenas de cuarzo deformadas lo que indicaba un impacto violento, según ha asegurado uno de los profesores de la Universidad de Aaraus.

La cantidad de años trascurridos desde el momento del impacto del meteorito es algo que aún desconcierta a los científicos; lo datan en el Pleistoceno, pero esa etapa abarca desde hace tres millones de años hasta hace 12.000.

Aún así, Kjaer, asegura que se conserva bien: "El cráter está excepcionalmente bien conservado y eso es sorprendente, porque el hielo del glaciar es un agente erosivo increíblemente eficiente que habría eliminado rápidamente las huellas del impacto", por lo que sospechan que es joven geológicamente.

Conocer la edad del orificio en la superficie terrestre permitirá a los investigadores conocer el efecto que tuvo su impacto en la Tierra. "Muy probablemente tuvo consecuencias ambientales en el hemisferio norte y posiblemente en todo el mundo", ha declarado el científico danés.

John Paden, de la Universidad de Kansas, ha asegurado que desde el cielo puede verse la capa de hielo sobre la estructura redondeada y se ha sorprendido de que nadie pensara en qué podía ser esa formación.