El hallazgo se ha producido en el suelo de un viejo refugio de ganado en Azerbaiyán. Unas marcas irregulares que constatan la primera prueba de que el juego, uno de los más antiguos y populares de Egipto y Mesopotamia, se ha efectuado en la región. Probablemente, porque los agricultores tuvieran contacto con los comerciantes que conocían el juego.

Walter Chris, arqueólogo del Museo Americano de Historia Natural estudió las marcas que desconcertaban a los lugareños y aseguró: "Las depresiones pequeñas encontradas en el lecho de roca, así como en las losas de piedra encontradas durante la excavación, están dispuestas en un patrón único y recurrente".

"Los juegos antiguos a menudo pasaban por las culturas y actuaban como un lubricante social", ha continuado el investigador, que ha asegurado que el hallazgo en el Parque Nacional de Gobustán fue una sorpresa por la falta de evidencias de que el juego hubiera llegado a la zona.

La búsqueda incesante del arqueólogo por conseguir ejemplos del famoso juego le llevó a encontrar en una revista lo que parecía una versión del mismo, pero cuando realizó la expedición el terreno había sido edificado, por lo que fue advertido de que había otras marcas similares en el Parque Nacional de Gobustán.

Los investigadores siguen sin hallar las metas del juego ni las reglas que poseía, pero coinciden en que servía para la recreación y la conexión entre personas.