Ahorrar energía, hacer un buen reciclaje de los residuos o usar el agua de una manera correcta y eficiente. Esto son algunas de las posibles soluciones que tenemos en nuestra mano para evitar el apocalipsis climático del que alertó este lunes el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático en su informe. Pero hay muchas más formas de actuar para mejorar drásticamente nuestra relación con el entorno.

"Consumir energía que provenga de fuentes 100% renovables, reducir el consumo de carne que provenga de ganadería industrial, comer más vegetales... En general, reducir nuestro consumo", ha apuntado en laSexta Enrique Segovia, director de Conservación del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés). Porque sí, parar en la medida de lo posible este cambio climático está en nuestras manos con gestos y acciones en nuestro día a día.

Según Enrique Segovia, tenemos que "cambiar la manera que tenemos de producir y consumir energía". Esfuerzos para intentar revertir una situación ya dramática, pero la solución no solo está en nosotros. Los gobiernos y los países de todo el planeta deben actuar y ser valientes. "Por valentía se entienden decisiones impopulares que ponen en riesgo el que sean reelegidos", ha considerado Fernando Valladares, investigador del CSIC.

Nosotros debemos exigírselo a nuestros gobernantes. "Tenemos que pedir a todos estos grandes responsables y facilitadores de las soluciones que pongan en marcha las medidas", ha explicado en Al Rojo Vivo Miguel López, director ed Organización de SEO/Bird Life. En el informe presentado por la ONU ya se habla de una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Porque, de mantenerse el ritmo actual, la temperatura seguirá subiendo sin parar.

Otra de las claves es aumentar el precio de la tonelada de CO2. "Ahora, la propuesta es que las cosas valgan lo que valen realmente, incluyendo esos gastos y costes ambientales, y uno de los costes ambientales que está mejor tarificado y comprendido, y que se sabe que funciona para reducir emisiones, es precisamente subir el precio de la tonelada de CO2", ha subrayado Valladares.

Eso lo notaríamos también en nuestra vida cotidiana. Sería una decisión valientes para los expertos. "De forma programada disminuir la producción. No queda más remedio que ir pensando, programando un decrecimiento", ha añadido el investigador del CISC. En resumen: cambios drásticos que tenemos que adoptar y aceptar. Porque nuestro presente y futuro están en juego.