Este fin de semana estaremos pendientes del cielo y no será solo por si la lluvia nos deja terminar la semana en alguna terraza, sino también por la estación espacial china Tiangong-1.
Se trata de un laboratorio espacial del tamaño de un autobús que está fuera de control. El experto jefe de la Oficina de Escombros Espaciales ESA, Holger Krag, afirma que "no provocará un cráter en el suelo porque la velocidad de impacto será muy baja. No podemos compararlo con los meteoritos".
En 2016 se perdió todo contacto con él y según los últimos cálculos de la Oficina de Residuos Espaciales de la Agencia Espacial Europea (ESA) caerá en la Tierra entre este sábado y el lunes.
Afectará a unos 2.000 kilómetros de largo por 70 de ancho y podrían caer pedazos de tamaño indeterminado, según los expertos.
Ahora la pregunta es dónde caerá. Hay probabilidad de que caiga en el mar, pero el riesgo más alto lo tiene España. "En España hay más probabilidad de que caiga en el norte que en el sur, pero dicho esto, la probabilidad es bajísima", aclara Miguel Belo, CEO de Elecnor-Deimos.
Tras el impacto con la atmósfera la mayoría de sus componentes se desintegrarían, así que no hay motivo para alarmarse. Las probabilidades de que un pedazo del Tiangong-1 le caiga a alguien son mínimas, tantas como una entre un billón, según la ESA.