Han estado cerca de 20 años intentándolo, y ahora han dado un gran paso: el de conseguir crear células madre de la sangre. Dos equipos de científicos de EEUU han conseguido de forma independiente obtener esta clase de células e implantarla con éxito en ratones.

Sin embargo, todavía están lejos de poder aplicarse esta técnica en pacientes. "Se tendrán que buscar vías alternativas sin hacer intervenciones genéticas", explica Thomas Graf, investigador jefe del Centro de Regulación Genómica de Barcelona.

Este hallazago podría ser una alternativa a los trasplantes de médula osea, revolucionar tratamientos contra la leucemia o ayudar a pacientes a los que la quimioterapia destruye la sangre. Las células madre de la sangre se encuentran en la médula osea; en el interior de huesos como el cráneo, el omóplato, la pelvis o el fémur.

Estas células hematopoyéticas dan lugar a los diferentes tipos de células que componen la sangre: a los glóbulos rojos, blancos y a las plaquetas. La investigación continúa para poder lograr en el futuro la creación de sangre artificial a partir de las células del propio paciente.