Científicos chinos han desarrollado una nueva superficie que hace rotar las gotas de agua cuando estas caen sobre ella.

De manera habitual, cuando el agua golpea cualquier tipo de superficie sólida, ésta rebota ligeramente (salpica) y de nuevo regresa.

No obstante, el nuevo avance, que permite manipular este efecto, ha provocado que las gotas se puedan mover en círculos, como si de bailarinas se tratasen, a 7.300 revoluciones por minuto, según ha recogido la revista 'Nature Communications'.

¿El secreto? Una superficie con un patrón químico con espirales muy adhesivas rodeadas de otras que repelen el agua y son poco adhesivas.

Los científicos han captado este fenómeno a cámara lenta. En las imágenes se aprecia cómo las gotas se expanden, rebotan, giran y saltan para después volver a caer.

Este hallazgo podría permitir controlar el movimiento de todo tipo de líquidos y también cabría la posibilidad de que se aplicase en la generación de energía mediante el agua, en procesos de autolimpieza y en sustancias anticongelantes.