La placenta proporciona el oxígeno y los nutrientes al feto, por lo que su alteración puede desencadenar trastornos graves en el feto durante el primer trimestre de embarazo.

"Cuando no funciona correctamente, puede ocasionar problemas graves, desde preclampsia a un aborto espontáneo, lo que acarrea consecuencias inmediatas y de por vida en la madre y el niño. Y sin embargo, nuestro conocimiento de este órgano clave es muy limitado porque no tenemos buenos modelos experimentales", sostiene el estudio publicado en 'Nature'.

A pesar de ser un órgano fundamental para la supervivencia del embrión, los científicos desconocen por qué y cómo se producen problemas en el proceso de gestación. Tampoco conocen qué produce la barrera que impide el paso de algunas infecciones de la madre al feto y sin embargo no inmuniza al embrión ante otras.

El estudio sostiene que con la creación de estas "mini-placentas" a partir de células de trofoblastos de placentas humanas, se podrá estudiar cómo inmunizar a los fetos de las posibles amenazas.

De hecho, los organoides ya han dado grandes similitudes con los órganos reales: han desarrollado estructuras vellosas y segregado hormonas que produce la placenta tras la implantación del embrión en la pared uterina.