La Universidad de País Vasco ha cerrado sus puertas a la llegada de más donaciones de cuerpos para la ciencia porque están desbordados: “En los últimos años de crisis hemos tenido mayor demanda de donación” afirma Pedro Grandes, profesor de Anatomía.

Muchas familias utilizan este método para evitar los gastos de un funeral, que rondan los  2.500 euros: “Lo cual es comprensible, estamos hablando de unos costes elevados que en nuestro caso están asumidos por nuestro departamento” comenta el profesor.

Pero las universidades también pasan por dificultades económicas: hay recortes en los presupuestos y los gastos de traslado y conservación de los cuerpos siguen siendo los mismos.

“Quizás esté influyendo más lo que cuesta gestionar el traslado, en estos tiempos de crisis y también que si recibes más donaciones tienes que adecuar el lugar”

Aun así, los profesionales siguen pidiendo que la gente done su cuerpo para que los alumnos puedan practicar mejor. El objetivo es que la muerte pueda ser origen de vida.