El río Slims bebía de las aguas procedentes del glaciar Kaskawulsh, en el río Yukon, al norte de Canadá; pero en 2016 su cauce se secó. Tardó cuatro días en desaparecer en lo que se percibe como una de las consecuencias más fulminantes del cambio climático al que se somete el planeta.
La "piratería fluvial" es el extraño fenómeno climático que explica una desecación tan repentina: el cauce de un río es repentinamente desviado hacia otro curso de agua en cuestión de pocos días. Y eso es precisamente lo que ocurrió con el río Slims.
No estamos acostumbrados a ver desaparecer un río en menos de una semana, pero el estudio publicado por la revista Nature Geoscience no deja lugar a dudas. La desecación del glaciar Kaskawulsk modificó el vertido de aguas sobre el lago Kluane y, en consecuencia, dejó de alimentar el cauce del río Slims.
Científicos liderados por el geógrafo Daniel Shugar certificaron en agosto de 2016 la desaparición del río Slims a consecuencia de la desecación del glaciar, que había pasado a alimentar repentinamente las aguas del río Kaskawulsh.
El estudio de este grupo de científicos detalla que, en adelante, los cauces de los ríos Slims y Kaskawulsh "van a adaptarse en función de la modificación de los niveles de agua" procedentes de los glaciares.
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