Un cohete de SpaceX impactará contra la Luna a principios del mes de marzo. En concreto, son los restos de un Falcon 9 que pesan unas cuatro toneladas y llevan años vagando en una órbita errática entre la Tierra y la Luna.
Estos restos forman parte de la segunda etapa del cohete mencionado y viajan a unos 2,58 kilómetros por segundo. Según apunta Bill Gray, del software Project Pluto, es probable que impacte contra el satélite el próximo 4 de marzo.
Sin embargo, "es difícil predecir con precisión los efectos" que puede tener la luz solar sobre esta etapa del cohete y, por tanto, las ligeras alteraciones que pudiera tener sobre su órbita. Por ello, es preciso seguir observando sus movimientos en las próximas semanas para determinar la hora y el lugar del impacto.
En caso de que se lleve a cabo el impacto, esta será la primera vez que una pieza de un objeto espacial golpea la Luna sin tener intención de ello. En las misiones interplanetarias la etapa superior del cohete se envía a una órbita heliocéntrica, alejada de la Tierra y la Luna.
Esta información permitirá que los satélites que actualmente orbitan la Luna, incluido el Lunar Reconnaissance Orbiter de la NASA y la nave espacial India Chandrayaan-2, recopilen observaciones sobre el cráter de impacto. Con la misión LCROSS, la NASA impactó deliberadamente la etapa superior de un cohete gastado en la Luna en 2009 con este propósito.
Aunque los científicos están más interesados en comprender la presencia de hielo en los polos lunares, poder observar el material del subsuelo expulsado por el impacto del cohete Falcon 9 aún podría proporcionar algunos datos valiosos.
Todo un hito
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